Aislante de fibras de celulosa
El aislante térmico de fibras de celulosa es fabricado mediante un óptimo proceso de reciclaje a partir de papel de periódico. Es decir, el material base del aislante de celulosa es la madera, cuyas excelentes cualidades ya se conocen desde hace milenios. La producción se lleva a cabo en modernas plantas situadas en Austria, Bélgica y Francia.
El papel de periódico seleccionado es desfibrado en basto, mezclado con sales minerales y molido. Las sales minerales protegen la celulosa de plagas de insectos, moho y preservan el material de la putrefacción, haciéndolo también resistente al fuego.
La producción está sujeta a los más estrictos criterios de calidad para la homologación técnica y su uso en el resto de Europa. El copo de fibra larga convence por su bajo coeficiente de conductividad térmica.
El aislante de celulosa no es tóxico, no contiene ningún tipo de sustancias o aditivos que puedan resultar nocivos y es cálido y suave al tacto. No provoca irritaciones en la piel ni es agresivo, por ello se le considera como un material aislante inofensivo.
Instalación
La instalación del aislante se realiza de forma rápida, sin complicaciones y sin obra. Sólo será necesario realizar unos agujeros en la pared o el techo por donde se introducirá el aislante.
El material es transportado en una manguera desde la máquina de insuflado, que se coloca en la calle. Esta máquina se maneja por control remoto y es supervisada en todo momento por los operarios.
En cuestión de varias horas la vivienda queda totalmente aislada.
Existen distintos métodos para realizar la instalación del aislamiento, según las características de la vivienda:

Insuflado
El método más común por el cual se realizan varios agujeros en las paredes y techos a aislar. El material aislante se introduce en las cámaras de aire de los muros y los techos, la presión del insuflado rellena todos los huecos para conseguir una estancia totalmente aislada.

Aislamiento en manta
Principalmente usado para el aislamiento de desvanes o cubiertas bajo tejado accesibles, el aislante se coloca formando una gruesa capa continua.
Ventajas del aislamiento térmico de celulosa
La alta capacidad del aislante de celulosa hace que el calor de los rayos del sol penetren de forma retardada, manteniendo las estancias frescas hasta entrada la noche. El aislante de celulosa reduce el ruido ambiental y protege contra incendios.
En invierno evita que se formen corrientes de aire en el interior de las cámaras que disipan el calor del interior de la vivienda. La especial capacidad de almacenamiento de humedad le otorga una función reguladora del ambiente, sin perder sus valores de aislamiento.
El conjunto de las propiedades naturales de la fibra de celulosa junto con la tecnología de aplicación, lo convierten en el mejor aislamiento térmico para la climatización y ahorro en viviendas.
Además de aumentar notablemente el confort de nuestra vivienda, el coste de la instalación queda amortizado en pocos años, reduciremos el gasto en calefacción en invierno y aire acondicionado en verano.
Gracias a un buen aislamiento no sólo estamos ahorrando en energía calorífica, también estamos ayudando a cuidar a nuestro medio ambiente.
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